Violencia y uso de anticonceptivos en contexto escolar

“La violencia y la salud sexual no son temas separados. En la adolescencia, son dos realidades que se cruzan peligrosamente cada día”, expresó la doctora Natalia Manjarres Posada, académica e investigadora en el Departamento de Salud Pública de la de la Universidad de Guadalajara y Secretaria del Comité de Ética en Investigación del Centro Universitario de Ciencias de la Salud en la Universidad de Guadalajara.

Durante la sesión 180 del Seminario Permanente de Género en Salud, organizada por el Programa de Estudios de Género en Salud (PEGeS) del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, el pasado 4 de noviembre, transmitida por YouTube, se impartió el tema “Datos y reflexiones sobre la violencia y uso de anticonceptivos en el contexto escolar”, en el marco del 25 de noviembre: Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas. La sesión fue moderada por la doctora Luz María Moreno Tetlacuilo, fundadora del PEGeS, y la doctora Yuriria Alejandra Rodríguez Martínez, Coordinadora del Seminario Permanente y responsable del PEGeS, y del Programa de Igualdad de Género de la Facultad de Medicina. 

La doctora Moreno Tetlacuilo compartió que hablar de este tema es muy importante, “muchas veces las y los adolescentes en general tienden a tener dificultad para conseguir o acceder a los servicios de anticoncepción, tanto porque temen solicitarlos como porque a la vez muchas veces quienes otorgan la anticoncepción tienen prejuicios que justo están relacionados con la construcción de género y la sexualidad en la que se piensa que las y los adolescentes no tienen un derecho a ejercer su sexualidad de manera temprana”.

Por otro lado, la violencia escolar se define como “cualquier forma de agresión que ocurre dentro del espacio educativo, y puede presentarse de muchas maneras entre quienes forman parte de la comunidad escolar. Esta violencia puede expresarse de forma verbal, física o psicológica, pero también adopta otras formas menos visibles, como la violencia sexual, cibernética, patrimonial, económica o social”, explicó la doctora Manjarres Posada. 

De igual forma, mencionó que la violencia impacta profundamente en la vida de las niñas, niños y adolescentes, generando una afectación muy importante en el bienestar emocional, en el desempeño y la motivación para aprender, así como también en la capacidad para establecer relaciones saludables y desarrollarse de manera integral, afectando posteriormente su vida adulta.

“La violencia en cualquiera de sus formas limita la toma de decisiones informadas, genera miedo o desconfianza en las relaciones, y dificulta el acceso a información o servicios sobre anticoncepción”, comentó la especialista. 

Por otra parte, existen cuatro aspectos primordiales que se deben considerar, que es la elección anticonceptiva, la consistencia en el uso de un método anticonceptivo, la precisión en el uso de ese método y la continuidad. 

Asimismo, mencionó que “en México viven 22.2 millones de adolescentes entre 10 y 19 años, donde el 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y 19 años, y la edad promedio de inicio de vida sexual (IVS) es de 15.5 años”. “Aproximadamente 28% de los estudiantes de entre 12 y 17 años que asistían a la escuela en 2022 reportaron haber sido víctimas de acoso escolar en los últimos 12 meses, lo que equivale a cerca de 3.3 millones de adolescentes”.

De igual forma, compartió que realizó un estudio descriptivo transversal en el cual se realizó la aplicación de un cuestionario que incluía una cédula de datos personales y trayectoria sexual, construido a partir de preguntas que ya venían en la Encuesta Nacional de Diversidad Sexual y de género y también el cuestionario sobre violencia de género de la INDESOL, donde se han obtenido diversos datos como que la edad promedio de IVS es de 15.04 años (Rango 12 y 18 años) y la edad de IVS promedio en mujeres es de 15.29 años y en hombres de 14.79 años. 

Finalmente, la doctora Manjarres Posada enfatizó: “La experiencia reciente que hemos tenido en este contexto nos ha enseñado que las y los docentes, así como las personas tutoras de los derechos de estas y estos adolescentes, también tienen necesidades de aprendizaje, necesidad de trabajar en esas diferentes creencias, mitos que existen con relación a la sexualidad en esta etapa de la vida y por eso la importancia de inculcarles a las docentes, a los padres, tutores y a todas las personas que estén en el entorno cercano que son parte clave de la educación sexual integral”.

Matzayani Panfilo